Se, por el contacto permanente que tengo con mis coterráneos, que son muchos los colombianos ilegales. No he conocido aquí, la primera familia que no tenga a uno o varios de sus miembros atravesando este tortuoso calvario. He visto a familias destrozadas por la detención de algunos de sus miembros, por parte de la oficina de inmigración. Recuerdo, el caso de mi compañero de futbol, mi amigo Jairo. Recuerdo, como me había contado dos días antes que lo detuvieran, lo feliz y afortunado que se sentía al ser nuevamente padre de una criatura. Criatura, que al momento de la detención de su padre solo tenía escasos días de nacida y por supuesto, eso no contó ante los oficiales de inmigración. Y allí , comenzó el calvario de su familia. En ese caso, como en otros, he visto también, con profundo pesar, la ausencia del estado colombiano, para defender a estos ciudadanos colombianos ilegales en estos procesos de deportación. Y contrasta la realidad de los colombianos, con la de otros ilegales de diferentes nacionalidades, donde los gobiernos de sus países, le prestan asistencia legal inmediatamente. Y es aquí, donde nos imponemos el propósito de buscarle salida a este fenómeno de ilegalidad que viven mis compatriotas en alto porcentaje en estas tierras de libertad y del sueño americano.
Soy consciente de la ausencia de nuestros gobiernos ante esta realidad. Pienso que los gobiernos de turno, han equivocado su política en la defensa de sus connacionales ilegales. Hemos sido como país, un aliado incondicional de los Estados Unidos y nuestros presidentes en muy contadas ocasiones, casi que esporádicas llevan el tema de los ilegales a las reuniones bilaterales de los dos países. Los presidentes de los países centroamericanos, analizan el tema sin pelos en la lengua. De cuanto en cuanto, vemos a los presidentes del Salvador o de Honduras o de México, buscando salidas en forma conjunta con los Estados Unidos para sus ilegales en el territorio de la Unión Americana y en la mayoría de los casos, obtienen respuesta positiva. Por ello es mi propósito el buscarle salidas a este problema de la diáspora colombiana ilegal en Estados Unidos. O sea, solución, para aquellos que no tienen el seguro social, aquellos a los que, a partir de Enero del 2010, les va a ser casi un imposible obtener la renovación de su licencia de conducir. Hay que impulsar estos diálogos bilaterales de los dos países con agenda de ilegales incluida. El ejemplo de los países de Centroamérica es nuestra mejor arma. Y hay también que instituir en nuestros consulados la figura de la ayuda gratuita a los connacionales que atraviesen situaciones similares a las descritas. Colombia debe defender a sus ciudadanos en el exterior. Esto es un deber del estado colombiano.
Pero también los colombianos, tenemos que saber cuántos ilegales somos. Debemos cuantificar las cifras de nuestro problema. En este año, se adelanta el Censo en Estados Unidos y la diferencia en cuanto a los censos anteriores es que se establecen las cifras por nacionalidades.
En el día de ayer, dialogaba con una gran mujer de nacionalidad Colombo-Americana, de padre americano y madre santandereana, criada con profundos valores colombianos. En el pasado periplo electoral del 2008 en Estados Unidos, se postuló como candidata al Congreso por el Partido Demócrata y no salió, pero recibió más de 100.000 electores en su primera aspiración. Me atrevo a decir la mejor carta que tenemos los colombianos para llegar al Congreso de la Unión Americana, una mujer con un corazón inmenso lleno de orgullo por su patria Colombia. Me refiero a Annette Taddeo y al tocar con ella, entre otros temas, el tema de los ilegales colombianos, Annette, puntualizaba sobre la necesidad de cuantificar las cifras de los ilegales colombianos en Estados Unidos, como prerrequisito, a la solución del problema. Y tiene razón, si no tenemos las cifras sencillamente seremos ignorados y no habrá solución. Pero además, si no nos contamos, ¿cómo podríamos pedir soluciones ante los gobiernos? De otra parte las transferencias federales en salud o educación, tienen relación directa con el número de habitantes y no cuenta si son legales o ilegales. O sea, si no nos contamos, menos dineros reciben los hospitales o las escuelas, donde se atienden y educan a legales o ilegales. El Censo nos abre el camino a la solución. Por ello estoy instando a los colombianos a que participen y se dejen contar en el censo. A los que temen, por pensar que estas cifras podrían cruzarse con las oficinas de inmigración, les digo, que eso, no es cierto. La oficina de Inmigración, no tiene acceso a la información puntual del departamento del Censo de los Estados Unidos.
Y volviendo al tema central, de ¿cuántos colombianos ilegales somos? La cifra exacta no la podría precisar, pero somos en la Florida la segunda población de inmigrantes después de la población cubana. Las cifras que arroje el censo sorprenderán a más de uno y abrirá las puertas para la legalización de los colombianos ilegales a través de una reforma de inmigración y por qué no decirlo también, con TPS para los colombianos ilegales.
Carlos J Manzano
Candidato a la Cámara de Representantes por el Exterior de los colombianos
Soy Colombiano y residente legal en este Pais, lo mismo que mi esposa y mi hija. La razon por la que abandone mi Pais fue por que estaba asqueado de tanta corrupcion politica y falta de conciencia moral de la gran mayoria de los politiqueros Colombianos, por que a la clase gobernante de mi desafortunado Pais no se les puede llamar politicos. Soy un convencido que lo que menos necesitamos Sr. Manzano es trasladar esa politiqueria a este bello Pais, para muestra mire como tienen los politicos latinos cubanos al condado Dade, lo mas parecido a nuestros paises tercermundistas. Ninguno Colombiano con preparacion intelectual va a votar por un politiquero Colombiano en USA, no faltaba mas!, si salimos de nuestro Pais huyendole a eso.
ReplyDeleteEmpiecen a trabajar de verdad como politicos, dejen de robar tanto, dediquense a invertir en el campo y a generar empleo para acabar con la unica causa por la cual hay ilegales en este Pais. Pero con la bandera de trabajar para los ilegales, lo unico que estan tratando de hacer es vender el sofa. Les repito en nombre de los Colombianos profesionales y de bien de este Pais: NO NECESITAMOS POLITIQUEROS COLOMBIANOS EN USA, QUEDENSE EN COLOMBIA POR FAVOR!